Escribí “El Ejercicio del Ciervo” con idea de presentarlo a un concurso de relatos eróticos. Tenía apenas un mes y me pareció divertido enfrascarme en un relato que me pusiera “jugosa”
Partí de textos ya escritos que tuve que revisar debido a que el concurso en cuestión tenía un límites de palabras o líneas, no lo recuerdo ahora, lo que sí recuerdo es que fue un “ejercicio” (de ahí el título): tener que limitarme a mí misma la incesante verborrea del momento aquel:pre climaterio, cuantas ideas, cuantos recuerdos, cuanta actividad mental…Diosa….
Acotar mi historia, mi experiencia, cuidar las palabras que elegía, hacer balance, hacer criba, quedarme con aquello que más me resonaba.
Partía desde la idea de relatar el “Aja” de una mujer madura bastante anodina e inocentona, que era yo, en plena crisis de pre menopausia. Kapulla la llamé, un nombre que resignifiqué para dejar de sentirme capulla (por no decir gilipollas) y empezar a mirar la Vida hasta ahora vivida con esa dosis de sentido del humor y rebeldía que trae el proceso climatérico, si es que te abres a ello. Pasé de Capulla a Kapulla, firmando un manifiesto que sirve de introducción al relato y que puedes leer aquí.
El ¡Aja! en cuestión brotó de mi anonada persona al darme cuenta de cuan poco “placentera” había sido hasta ahora, o al menos qué poco le había atendido yo a mi Eros particular, esa Fuerza de la Naturaleza que a todo impregna.
Durante el tiempo anterior a sentarme a escribir el relato, me había topado con la palabra EROTISMO, al menos tres veces:
- La primera fue a través de una formación con Carme Tena en Técnica AlbaEmoting, donde una aprende los patrones efectores físicos de distintas emociones. Susana Bloch, la mujer chilena inventora de la técnica en cuestión incluye el erotismo como emoción, junto a la rabia, miedo, tristeza, alegría y ternura… Interesante.
- La segunda fue el maravilloso texto de Audre Lorde “Usos de lo erótico: el erotismo como Poder” que puedes encontrar aquí.. Revelador.
- La tercera, al empezar la práctica del “Ejercicio del Ciervo”, un masaje de pechos específico, de la cultura del Tao, que personalmente me resultó erótico a más no poder.
Por todo esto, por el trabajo con mi Erotikapulla, por el ¡Aja!, me sentía preparada para relatar en tono biográfico mis experiencias eróticas más significativas, las que quizás hasta ahora, no había mirado con las gafas de Eros. Curiosamente, según empezó a circular el relato primero entre las y algún que otro amigo, me llegaban comentarios que venían a decir que mi historia era colectiva, yo no era la única Kapulla del mundo mundial. Vaya, que sorpresa tan agradable, oye. Cuando ya el año pasado, lo edité y empecé a vender, los comentarios siguieron siendo los mismos: es una historia muy tradicional. Já.
Vuelven los tiempos de regalar, vuelven las buenas intenciones, así que, hermana, hermano, si eres o conoces a una mujer en crisis menopáusica, este relato puede ser de ayuda, o al menos puede sacarle el aja necesario para empezar a mirar a su proceso con algo más de amor, humor y placer, que falta nos hace…
L@s lectores han dicho…
“Uauuu. qué bueno, me lo he tragado de una sentada” (Laura)
“Me ha ayudado a entender mejor a mi chica” (Carlos)
“Me encanta, ¡voy a empezar a practicar ya!” (Lourdes)
“¿Pero es auto biográfico?….¿Todo? ( Ana)
“Escribes que parece que me estás hablando, tía” (Mónica)