“La medicina clásica griega representa nuestra base y lega un esquema clínico en el que la observación del paciente ha de ser INTEGRAL, NO FRAGMENTADA, incluyendo las manifestaciones en todas las partes del cuerpo, el entorno o ambiente en el que vive y su dieta, que refleja un estilo de vida. Para la medicina aristotélica, cualquier pensamiento, una memoria por ejemplo, deja su poso en los órganos. La base de la medicina científica es una práctica integral que une a la persona con su contexto y distribuye la conciencia en el organismo.”
Nazareth Castellanos, Neurociencia del cuerpo
En mi trabajo terapéutico, recupero la idea integral de la salud que se perdió en los confines de la edad moderna, cuando el cuerpo empezó a ser estudiado desde la disección, aportando por supuesto un conocimiento maravilloso que mejoró mucho la ciencia de la cirugía por ejemplo, pero que hizo que la medicina se especializara de tal manera que cualquier paciente de hoy en día es tratado por un problema de corazón desde la cardiología sin que se le pregunte cómo está a nivel psicológico, si sus afectos están cubiertos, cómo está su economía o si ha perdido a algun ser amado… Es decir que cada vez más el ser humano es tratado como una máquina a la que le falla una pieza y se da por hecho que si esta es reparada o reemplazada, la salud mejorará, ya podemos seguir produciendo.
Esta manera de tratar cualquier afección es obsoleta pero sin embargo todavía rige nuestro sistema de creencias en torno a la salud, este es el mayor problema: que la gente de a pie sigue pensando así, que van con tanta actividad que no paran a reflexionar o prefieren no hacerlo, no vaya ser que muchas cosas se tambaleen.
No soy médica, ni psicóloga, así que tampoco tengo muchos argumentos para discutir sobre esto, sólo comparto un sentir y también una experiencia de vida.
En varias ocasiones elegí tratarme a partir de los diagnósticos aportados por nuestro sistema de salud (son buenos en esto) con medicinas no reconocidas por este: homeopatía y acupuntura han sido mis aliados durante toda la vida y me han sacado al menos de dos momentos críticos: una hepatitis B (que negativice) y un papiloma virus que desapareció.
En ambas ocasiones, después del tratamiento, al volver a pedir análisis de sangre para comprobar cómo había sido la evolución y percartarse mi médico de cabecera que las afecciones que normalmente son largas y penosas habían desaparecido, se extrañó. Le comenté cuáles habían sido los métodos que había aplicado y no hubo mucha apertura, un tanto de escepticismo y un rápido “pues nada, me alegro que estés bien”.
Las personas que me trataron son profesionales de la medicina; hicieron su carrera universitaria y después se especializaron en lo que les hacía sentido. Ambos me preguntaron por muchas cosas que de primeras podría parecer que no tuviera que ver con la enfermedad que me afectaba. Pero curiosamente, el simple hecho que me preguntaran por mí, por cómo me sentía, cómo estaba siendo mis vínculos afectivos, cuáles eran mis estados emocionales; el hecho que me miraran a la cara, a los ojos, que me palparan el pulso, que me oscultaran me hizo sentir atendida, valorada, respetada y escuchada.
Hace una semana llamé a mi centro de salud para pedir una cita y me dieron una para 17 días más tarde. Debido a mi sorpresa, me instaron a presentarme a última hora, en plan urgencias. No sé muy bien hacia donde nos estamos encaminando como sociedad pero algo anda muy mal cuando estamos dejando que pasen cosas como estas, accionando solamente desde la queja entre nuestras amistades, o en un blog como yo estoy haciendo ahora, o en twitter o alguna red social que se han convertido en contenidos que mayoritariamente son “descarga de la queja”.
Y de mientras, o tragas porque no hay otra, o te pagas medicina privada (alternativa o no).
Es importante, diría crucial que nos hagamos más conscientes de nuestra responsabilidad acerca de nuestra salud, que dejemos de mirar a la salud como algo controlado desde afuera, que pensemos que no sabemos nada y que nos dejemos en mano de un sistema de salud cada vez más precario.
Mi cometido es despertarte a esta autonomía y por ello nombro la palabra salud en. mis talleres, mirando a esta dedse la perspectiva que nos comparte Nazareth Castellanos en su maravilloso libro divulgativo que menciono al inicio de este post: la salud es algo más complejo que un a ausencia de enfermedad y la salud afectiva es primordial.
Por ello, ofrezco un apartado específico para mirar y deconstruir nuestras creencias hacia nuestros vínculos porque nos AFECTA positivamente o negativamente, porqué la calidad de estos es en gran parte responsable de la modulación de nuestras emociones y éstas de nuestra predisposición a sentirnos lo que llamamos “bien” o “mal”, a tener ansiedad o sentirse segura… Porque somos seres que necesitan el vínculo afectivo para vivir pero también necesitamos, hoy, re aprender a vincularnos y preguntarnos…
- ¿Cuántas de las relaciones que mantengo son responsables afectivamente?
- ¿Cuánto cedo para mantener una relación afectiva con alguien que creo irremplazable?
- ¿Cuán libre me siento de ser yo misma, genuina, de expresar mis emociones, y decir lo que pienso ante mis relaciones?
- ¿Cuánto miedo tengo a la soledad? ¿Porqué digo que me siento sola cuando realmente me siento triste?
- ¿Qué creencia me he comprado en relación a ser una mujer “soltera” o “solterona”, o “sola”?
- ¿Cómo han sido y son mis vínculos con otras mujeres? ¿Madre, hija, hermanas, amigas?
Son preguntas incómodas, nos revuelven y a veces ponemos velos para no afrontar la realidad, pero es crucial plantearlas.
SI NO NOS DAMOS UN ESPACIO PARA CONOCERNOS A NOSOTRAS MISMAS, PARA COMPRENDERNOS, PARA DARNOS AQUELLO QUE NOS ES GENUINO, VAMOS A SEGUIR DANDO TUMBOS BUSCANDO RELACIONES QUE NOS COLMEN, COSA QUE NUNCA VA A OCURRIR MIENTRAS NO SEPAMOS QUIÉNES SOMOS NOSOTRAS MÁS ALLÁ DE LOS MANDATOS, QUÉ NECESITAMOS Y CÓMO VINCULARNOS DESDE LA INTERDEPENDENCIA.
En breve inicio un nuevo recorrido online, abierto a aquellas personas que se nombren mujeres y que quieran tomar las riendas de su vida de una manera saludable.
Puedes saber más en este corto vídeo:
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